
¿Cuál es el perfil de un educador en diabetes?
A la hora de abordar la figura del educador en diabetes, debemos tener en cuenta una serie de consideraciones. En primer lugar, hemos de recordar que la atención sanitaria de la diabetes hoy en día en España está gestionada principalmente por los servicios de endocrinología y/o los profesionales de la atención primaria. Esta variación va a depender, normalmente, del tipo de diabetes que sufra el paciente. Así, las personas que tienen diabetes tipo 1 suelen ser tratadas directamente por el endocrinólogo. Por su parte, en las personas con diabetes tipo 2, es el médico de cabecera el que realiza el seguimiento del tratamiento. En ambos casos, suele ser el personal de enfermería el que realiza la educación en diabetes, si bien no se le pide una formación específica en este tema.
Por otro lado, cabe señalar que la formación necesaria para la educación en diabetes todavía no está muy extendida dentro de las entidades de educación sociosanitaria. Por fortuna, cada vez son más los centros que imparten este tipo de formación. Sin embargo, su número se encuentra lejos de lo deseado para la incidencia entre la población que tiene la enfermedad. Es por ello que existe un desequilibrio entre la demanda que produce el tratamiento de la diabetes, y la oferta del mismo. Son muchas las personas que, a día de hoy, padecen diabetes y no han logrado un total control de la enfermedad. Paradójicamente, son también muchas las personas que, aun teniendo la enfermedad, ni siquiera han sido diagnosticadas. Ambos hechos se deben todavía a una falta de concienciación social real en cuanto al funcionamiento de esta enfermedad. Esta situación es el punto de partida de la educación en diabetes.
Perfil del educador en diabetes
El educador en diabetes es, ante todo, un profesional de la salud. El objetivo de su profesión es atender a las personas que padecen diabetes, y por medio de su labor, ayudar a que la vida de estas tenga la mayor calidad posible. De esta manera, empleará una serie de técnicas para transmitir al paciente toda la información necesaria para un correcto control de la enfermedad. Es por ello que no sólo ha de tener una amplia formación sanitaria. También ha de destacar por sus capacidades de escucha y comunicación, así como por el conocimiento de terminados aspectos psicosociales. A su vez, es importante que tenga conocimientos en dos de los elementos que más influyen en la diabetes: la alimentación y el ejercicio físico.
El educador en diabetes suele estar formado en algún grado vinculado a la salud, si bien, esto no es indispensable. Sí resulta fundamental para realizar su labor el haber cursado un curso de capacitación para ser educador en diabetes. Estos son impartidos por distintas entidades, muchas de ellas vinculadas a fundaciones o asociaciones de diabetes. En la actualidad, existen educadores en diabetes con formación en enfermería, medicina, psicología, nutrición, así como otras disciplinas. Históricamente, han sido las profesionales de enfermería las que iniciaron esta labor, si bien, en la actualidad está extendida a otras muchas profesiones. Aun así, la educación en diabetes necesita ampliar su lugar de acción para convertirse en una de las primeras referencias de atención para cualquier persona que padezca la enfermedad. Solo así la sanidad pública de un país podrá garantizar que está proporcionando el mejor tratamiento posible.
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