
El lenguaje en diabetes es clave
Hoy en día, uno de los debates más presentes en la sociedad española se refiere al uso y la importancia del lenguaje. Es el caso, por ejemplo, del lenguaje inclusivo. Con opiniones a favor y en contra, en al menos una cosa podemos estar de acuerdo: el lenguaje crea realidad.
Aquello de lo que no hablamos, no existe. O, mejor dicho, existe, pero de una manera más leve que aquello que ponemos en palabras. La diabetes no escapa a esta afirmación.
¿Cuántas personas son capaces de describir qué supone tener diabetes? Sí, todos/as sabemos que se trata de una enfermedad. Pero, ¿Cuánto sabemos sobre ella? ¿Podemos hablar de lo que supone tener diabetes tipo 1 o tipo 2? Este es uno de los principales retos que asumimos desde la educación en diabetes en general, y desde Di Sugar en particular. Convertir la diabetes en un tema del que se hable, que ocupe espacio en el debate social. Para ello, es fundamental entender qué relación tiene la diabetes con el lenguaje, y de qué manera se puede ver influido o influir a través de ella.
¿Cuántas veces salimos de la consulta del endocrino sintiéndonos juzgados/as, culpables o incómodos por la forma en que se nos transmite nuestra estado o tratamiento? O lo que es aún más grave, ¿cuántos debuts no dejan de ser más traumáticos por la forma en que son transmitidos? Día tras día, en la consulta de Di Sugar, encontramos personas que guardan muy malos recuerdos de momentos como estos. Y estos recuerdos no atañen sólo al malestar físico, sino al que les ha producido la forma de hablar sobre la diabetes.
Por tanto, es responsabilidad de la educación en diabetes, entender que también hay que cuidar y tratar la forma de hablar sobre esta condición. Reconocemos que no es algo fácil. Requiere aprendizaje, consciencia y esfuerzo. Pero eso es algo a lo que ya estamos acostumbrados/as. ¡La vida requiere esfuerzo! A cambio, lo que obtenemos, es un mundo más cuidadoso y mejor para las personas con diabetes.

Por ello, a continuación, vamos a repasar distintos puntos que nuestra experiencia nos ha llevado a tener en cuenta a la hora de hablar con diabetes. Son cosas que hemos ido aprendiendo y que queremos compartir. ¡Y todavía nos queda mucho por aprender!
El lenguaje en la diabetes: ¿persona diabética o personas con diabetes?
Esta pregunta es uno de los grandes debates en la educación en diabetes: ¿somos diabéticos/as o personas con diabetes? A la hora de abordar este dilema, es importante entender que cada persona tiene una experiencia y una opinión distintas. ¡Y todas son válidas! En primer lugar, porque hablamos de algo profundamente personal e individual.
Desde Di Sugar, preferimos la opción de hablar de personas con diabetes. A su vez, entendemos que hay muchas de estas personas que se identifican como “diabéticos/as” por motivos personales, de identidad o de activismo. ¡Y es genial! Lo importante, creemos, es siempre entender que se trata de una elección personal, y que no debemos imponer o juzgar desde nuestra perspectiva.
Consideramos que desde una entidad que trabaja por la difusión de la educación en diabetes, es importante transmitir a toda la sociedad que somos personas “con” diabetes. Y que si nos definimos como “diabéticos/as” es una elección personal, pero que no debe venir presionada o influencia por otras personas, que encima no saben lo que es esta condición. Es este un debate vivo y en constante cambio, que nos ilusiona y divierte cada vez que se produce. ¿Por qué? Porque al final lo que genera es discusión y poner en el centro del foco la diabetes como tema social, y lo que es mejor, en boca de las propias personas que vivimos con ella. Por ello, si no vives con diabetes y no sabes todo lo que implica, mejor sé prudente, y primero, pregunta. ¡Estaremos encantados/as de hablarte de nuestra experiencia!
El lenguaje positivo y el lenguaje negativo en la diabetes
Otro de los grandes temas en relación al lenguaje en la diabetes es la utilización del lenguaje positivo y negativo. Es parte fundamental del tratamiento y la educación en diabetes, el uso de un lenguaje que no condicione ni condene. Por ejemplo, muchas veces empleamos términos “control de diabetes”. Y hemos aprendido, que esta forma de hablar a muchas personas les produce agobio o presión. Como si el control se pudiera perder, o debiera estar siempre protegido. Es por ello, que recientemente, hemos empezado a emplear como alternativa “manejo de la diabetes”. Y esta adaptación creemos que es importantísima en el día a día de la educación en diabetes. Porque es la forma en la que transmitimos responsabilidad sin presión. Esa es la sutil diferencia entre un lenguaje positivo y un lenguaje negativo.
A su vez, por medio del lenguaje positivo podemos transmitir valores y ánimos que no resulten excesivos, y que no impliquen un juicio. Son muy habituales en consultas con escasa educación en diabetes que oigamos “no puedes”, “no debes”. ¿No suena mejor reformular esas prohibiciones como “recomendaciones”?
Al fin y al cabo, la educación en diabetes se basa en transmitir la responsabilidad a la persona. Y el lenguaje negativo muchas veces transmite la idea de que somos títeres condicionados por todo lo que no podemos hacer. A su vez, si alguna vez se habla de diabetes, son abundantes y habituales una gran cantidad de falsos mitos. Desde Di Sugar, los vemos como una gran oportunidad de traer al centro de la conversación lo que realmente es la diabetes. Es por ello que desmentirlos, nos puede permitir hablar de lo que es en realidad tener diabetes, y de qué manera toda la sociedad, por medio del lenguaje, está implicada.
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