
¿Qué es la educación en diabetes?
La diabetes es una de las enfermedades con mayor incidencia actualmente. Las previsiones que elaboran los distintos organismos de salud internacionales, como la OMS; no son nada halagüeñas. Se estima que el porcentaje de población con diabetes vaya a seguir aumentando de manera alarmante.
Es por ello que ahora más que nunca es necesario el uso de todas las herramientas a nuestro alcance para luchar contra esta enfermedad. Con esto nos referimos tanto a los tratamientos específicos que se llevan a cabo tras el diagnóstico, como a las campañas y medidas de prevención.
Tener una sociedad mejor informada sobre qué es la diabetes y sus consecuencias, revertirá en una mayor atención a esta enfermedad. A su vez, una vez se haya producido el diagnóstico, la atención al paciente ha de ser lo más específica e individualizada posible.
Precisamente en esta doble acción de prevención y tratamiento, es donde surge la educación en diabetes. Por esta, entendemos aquella disciplina destinada a mejorar la calidad de vida de las personas que sufren diabetes.
Su objetivo principal es garantizar que el paciente desarrolle unas conductas destinadas a tener un mayor control sobre la enfermedad. Dado que la diabetes es una enfermedad crónica, la educación en diabetes acompañará a la persona durante toda su vida, influyendo en su creciente bienestar. Además, la educación en diabetes tiene los objetivos asociados de difundir el conocimiento existente sobre esta enfermedad. A mayor conocimiento podrá haber una mayor prevención de la diabetes. También tanto una mayor conciencia, como una mayor inversión en los proyectos de investigación para tratar esta enfermedad.
La educación en diabetes es el principal pilar del proyecto Di Sugar. Puesta en marcha por profesionales diagnosticados con esta enfermedad, nuestro objetivo es llegar a todas las personas que necesiten de un nuevo enfoque para abordar la diabetes. Conócenos
Breve historia de la educación en diabetes
Hagamos un breve repaso a la historia de la educación en diabetes. Históricamente, se considera que uno de los primeros médicos que se especializó en el estudio de la diabetes fue el estadounidense Elliott P. Joslin. Desarrolló sus investigaciones en las primeras décadas del siglo XX, cuando comenzó a defender la importancia de una buena educación en diabetes. De esta manera, Joslin defendía que educar al paciente de diabetes para ganar control sobre su enfermedad era una forma de tratamiento importantísima y complementaria de los tratamientos farmacológicos. Así, se comenzó a educar a los primeros profesionales de la salud para convertirlos en educadores en diabetes. En las sucesivas décadas del siglo XX, este impulso no dejó de crecer y de convertirse en uno de los principales apoyos del resto de tratamientos de la diabetes.
Hoy en día, existe en Boston (EE.UU) el Joslin Diabetes Center. Es el centro de investigación médica sobre diabetes más grande del mundo. Continúa llevando a cabo una importantísima labor de concienciación sobre la diabetes, de la cual es necesario hacerse eco y continuar. Igual que la educación en diabetes surgió en el siglo XX y fue avanzando con el mismo, es necesario sincronizar su existencia con los avances que vayamos realizando en el siglo XXI. Joslin fue uno de los primeros científicos que llamó la atención sobre la peligrosidad de la diabetes. Hoy debemos continuar con su llamamiento, aplicando para ello todos los nuevos conocimientos que poseemos. Sólo de esta manera la educación en diabetes puede llegar a ser realmente efectiva y cumplir su objetivo: mejorar la calidad de vida de las personas que lo necesitan.
¿Qué enfoque usa la educación en diabetes?
A la hora de analizar la educación en diabetes es importante abordar el enfoque que esta disciplina usa. Como hemos visto, el principal objetivo de la educación en diabetes es proporcionar herramientas al paciente para tener un mayor control de la enfermedad. Por ello, el primer punto de la educación en diabetes es una formación individualizada. El sentido de este enfoque hace referencia a la particularidad de cada paciente: sus rutinas, su forma de vida, su metabolismo… La educación en diabetes ha de adaptarse a estas, en primer lugar, para que aquello que transmite sea comprendido e integrado. En segundo lugar, para que el tratamiento que se lleva a cabo tenga en cuenta las características del receptor.
La Asociación Americana de Educadores en Diabetes (AADE) propone siete conductas principales para el autocuidado, dentro de su programa de educación en diabetes. Estas siete conductas son: comer sano; realizar actividad física; monitorización; tratamiento farmacológico; resolución de problemas; reducción de riesgos y afrontamiento saludable. A su vez, recomienda complementar estas tareas individuales con una educación en diabetes basada en la intervención grupal. Esta ha de ser complementaria a la individual. De esta manera, el paciente encuentra y crea un espacio de comunicación y convivencia con otras personas en situación similar. La labor pedagógica de guía del educador en diabetes con el grupo llevará a convertir este apoyo grupal en una plataforma de conocimiento e intercambio de experiencias. Esto resulta beneficioso tanto para el bienestar psicológico del paciente, como para la adherencia del tratamiento individual que se está realizando de manera paralela.
Todo lo que necesitas saber sobre la educación en diabetes:
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